FAMILIA MASAAI: PADRE, MADRES, HIJOS, VACAS Y CABRAS

FAMILIA MASAAI: PADRE, MADRES, HIJOS, VACAS Y CABRAS

Para los masaai, una de las 40 tribus de Kenia, pastoril y nómada del Gran Valle del Rift, el ganado es parte de la familia. La bendición de Dios, su riqueza, se mide a partir del número de hijos y animales el hombre posee, bienes sagrados considerados por provenir del mismísimo Dios. Los padres reconocen las risas de sus hijos tanto como el balido de sus cabras. Luego de mimarlas con el paseo diario, caminar kilómetros de distancia para encontrar las mejores pasturas de la sabana, antes que caiga el sol las traen a las Bomas para reunirse al resto de su familia. Las bomas, cercados de espinas que forman un circulo alrededor de las manyattas, casas construidas de estiércol y vegetales,protegen a todos los miembros de la familia de los leones, hienas y chacales.

Además de contar con una figura esbelta, ser altos, delgados, transmitir una fortaleza única en la mirada, y vestirse siempre de rojo, a la figura del masaai se le suman las moscas. En los rostros de los masaai y en su cuerpo hay moscas que lo rodean constantemente, pues se encuentran atraídas por el estiércol del ganado. Para ellos las moscas son signo de la fertibilidad y de riqueza. Cuanto más moscas, más ganado y cuanto más ganado, mayor riqueza.

Su amor por el ganado está marcado por su origen, fundado en una leyenda que dice que Dios en el principio de los tiempos tenía tres hijos, a uno le dio un arco y flecha para cazar, al otro le dio un asa para cultivar y al tercero, padre del pueblo masaai, le dio un bastón para pastorear el ganado. Por esta razón, su percepción es que todo el ganado del mundo es de ellos, una herencia que recibieron de Dios.

Más allá de este amor especial por sus animales, la familia maasai está compuesta como las nuestras. La diferencia se encuentra en el sentido de la familia dentro de su sociedad, los masaai tienen mas la noción de comunidad que de familia. Esto se refleja no sólo en el sustento y el modo de sobrevivencia sino también en las relaciones entre hombre y mujer. Es muy común que los hombres de la misma generación o que pertenecen al mismo grupo de edad y que participaron del mismo rito de iniciación (circuncisión), compartan a sus mujeres para la intimidad sexual. Un ejemplo de esta solidaridad se da en el caso que cuando uno del grupo es estéril, un hermano o un amigo le hace el favor de fecundar a su mujer. Este compartir del grupo les da un sentimiento de seguridad y de unidad, lejos del concepto de infidelidad conocidos por nosotros.

En la comunidad Masaai es gesto de hospitalidad ofrecer al visitante a una de sus mujeres, hijas o hermanas. De esta manera el uso del sexo en la vida matrimonial no es solamente con vistas de procreación y placer para el hombre, sino también tiene una connotación y un valor en la vida social.

Por último, los roles de los miembros también son algo diferentes. El rol de los hombres es de protección, y los jóvenes cuidan del ganado. Además algunos de los hombres, forman una elite de guerreros llamados los “moran” que cuidan a la aldea de los ataques de los leones. Los moran son coquetos, se pasan el día peinándose las trencitas y tiñéndoselas de rojo sentado debajo de la sombra de una acacia. Sin embargo, son los famosos y temidos guerreros amenazantes con su lanza y sus plumas de avestruz. Ellos tienen privilegios especiales sobre las mujeres. Mientras tanto que las mujeres tiene un rol de sustento y de organización familiar. Ellas son las que construyen la casa, y hacen otras tareas pesadas como recoger el agua y la leña. Entre ellas existe coordinación y colaboración con los quehaceres. Cuando una de ellas ordeña los animales para luego repartir la leche entre las demás, otra de ellas cuida de sus niños lactantes. El vínculo de cooperación entre los miembros de la comunidad masaai es el de una familia de familias.

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